Home » REFLEXIONES » Madres e Hijos

Madres e Hijos

“Suelen ayudar las madres a la maldad de sus hijos, impidiendo que los padres les impongan justo castigo”.

Jose Joaquín FERNANDEZ DE LIZARDI

José Joaquín Fernández de Lizardi (Ciudad de México15 de noviembre de 1776 – murió 21 de junio de 1827),1​también conocido como El Pensador Mexicano, fue el escritor de la novela “el periquillo sarniento”, novohispano (mexicano).

Su obra fue, al mismo tiempo, política, literaria, periodística, psicológica, historiográfica y lingüística. Fue el primer novelista de América al crear en 1816 la encantadora e instructiva obra El Periquillo Sarniento. Para el estudioso de la lingüística, de la dialectología, de la sociolingüística, de la pedagogía, de la paisología es de interés el considerar la habilidad de este autor para describir la vida y las costumbres pintorescas de la Nueva España en sus postrimerías, al mismo tiempo que incurría en sus afanes moralizantes y educativos. Fernández de Lizardi recrea el lenguaje peculiar, la jerga estudiantil, el habla de los abogados y los médicos, la jerigonza de los jugadores, de los ladrones, del bajo mundo en general, el dialecto de los indígenas, la variedad léxica de las comidas, las bebidas y la indumentaria. Las leyendas, las supersticiones, los tabúes y el habla popular por él presentados son de valiosísima ayuda para los que se interesan por el folclor. En resumen, las páginas de sus obras ofrecen un campo rico para los estudios lingüísticos, pues en ellas se halla el dialecto –o los dialectos– que resultó de la fusión de las razas española, azteca y negra (la tercera raíz racial del actual México). Su conocimiento, principalmente por parte de los educadores, maestros, universitarios y funcionarios y gobiernos de América, ayudaría en mucho a reflexionar acerca de las tan deterioradas educación e instrucción en dicho continente.


  1. jose maria
    | Responder

    Puede parecer injusta hacia las madres esta reflexión, pero es posible que tenga una raíz de cierta. Ese corazón maternal, donde puede converger el del hijo, limitando su despegue como criatura que crece y necesita un empujón.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *